Que la Costa Brava es un pedazo de paraíso en la tierra no es algo que vayamos a descubrir nosotros, pero, si todavía no conoces esta maravilla de la naturaleza donde cielo, tierra y mar se dan la mano, te animamos a poner tu brújula mirando hacia el norte de la costa catalana. Y, como no se nos ocurre un lugar mejor por el que empezar a explorar la zona, hoy te hablamos sobre qué ver y qué hacer en Cadaqués y Portlligat.
Cadaqués
Cadaqués es un pequeño oasis entre la masificación inmobiliaria de la costa española, es un pueblo marinero que conserva su sencillez y que respeta la naturaleza de su entorno integrándose en ella sin invadirla.
Situado en una bahía que se convierte en puerto natural, fue objeto en otros tiempos de ataques por parte de piratas y corsarios. Y no es de extrañar, porque cualquiera querría hacer suyo un enclave como este.
Este pueblo de la Costa Brava es el corazón del Cap de Creus y perla del Alt Empordà en la provincia de Girona, y está considerado uno de los pueblos más bonitos de España. Por eso, visitar Cadaqués es uno de los tres planes en la Costa Brava que te recomendamos.
A pesar de que en temporada alta suele llenarse de turistas hasta los topes, su difícil acceso ha ayudado a no masificar sus calles. De todos modos, tu visita siempre será más tranquila en temporada baja.
Para llegar a Cadaqués solo hay una ruta de acceso, la carretera GI-614; quince kilómetros de trazado zigzagueante (30 curvas) que, aunque bien merece la pena recorrer, pueden convertirse en una ratonera en temporada de gran afluencia turística.
Qué ver y qué hacer en Cadaqués
Paseo Marítimo
Cadaqués está levantado bordeando la costa, lo que convierte su paseo marítimo prácticamente en un paseo a pie de playa. Además, dependiendo de la hora del día en que lo recorras y a medida que la luz va cambiando, el paseo se transforma también.
Uno de los edificios más significativos que se encuentran en el paseo es la Casa Blaua, una gran casa de estilo modernista que encaja de maravilla en la paleta de colores blanquiazul de Cadaqués.
No importa el punto del paseo en el que te encuentres, siempre tendrás una buena panorámica que fotografiar. Y, si quieres llevarte la foto más típica de Cadaqués, no tienes más que recorrer el paseo en dirección norte y encontrarás un marco de hierro para vestir tu mejor foto del lugar.
Siguiendo el paseo en dirección sur puedes tomar el camino de ronda y llegar al faro de Cala Nans. Son unos 6 kilómetros en total (ida y vuelta), por lo que es una buena excursión para tener en cuenta.
Playas
Puedes interrumpir tu paseo en cualquier momento para darte un chapuzón en cualquiera de las playas de arena o calas de guijarros que abrazan la bahía de Cadaqués, y disfrutar de sus aguas turquesa y cristalinas.
Si estás acostumbrado/a a las aguas templadas (o calientes) del Mediterráneo, no te confíes. Las aguas que bañan el Cap de Creus, aparte de ser bravas en mar abierto, son más frías que en otros puntos del litoral mediterráneo.
Aunque no tengas planeado bañarte en las playas de Cadaqués, si vas a visitar la Costa Brava, te recomendamos echar en el bolso o mochila unas zapatillas de agua o unos escarpines. Las playas de piedras son muy bonitas pero pueden dejarte los pies destrozados, por no hablar de que las calas de roca suelen estar musgosas al entrar en el agua y los resbalones están a la orden del día. Si quieres disfrutar de tus chapuzones en esta zona, los escarpines serán tus aliados.
Casco antiguo
Si hay un plan imprescindible en Cadaqués es el de callejear. Sí, así de simple y así de barato.
Subir por las calles del casco antiguo traspasando el portal de la antigua muralla hasta la iglesia te regalará un recorrido por calles estrechas, empinadas y empedradas, salpicadas de flores y de casas blancas con puertas pintadas de colores vivos. Las calles conservan el entramado medieval y el encanto de un pueblo en el que parece haberse detenido el tiempo.
Iglesia de Santa María de Cadaqués
Una vez alcanzada la parte alta, encontrarás la Iglesia de Santa María y un impagable mirador que te ofrecerá una de las vistas más idílicas de la bahía de Cadaqués con sus barquitas flotando sobre la gran balsa turquesa.
La iglesia actual, de estilo gótico y con la fachada pintada de blanco, fue reconstruida en el siglo XVI, porque, tal y como nos cuentan los archivos de la ciudad, en 1543, Barbarroja saqueó el pueblo y quemó la iglesia que había sido erigida en el siglo XIII.
El retablo del altar mayor, de estilo barroco, contrasta con el aspecto austero y sencillo de la fachada. El monumental retablo dorado realizado en madera presenta una gran cantidad de imágenes, entre las que se incluyen las de los marineros que sufragaron las obras de reconstrucción de la iglesia.
La iglesia suele estar cerrada al público y solo se puede acceder a su interior durante los oficios religiosos. De todas formas, el retablo puede verse (no muy bien) desde el exterior y, solo por las vistas de la bahía, ya merece la pena subir hasta el templo.
Museos y galerías
Las calles de Cadaqués están repletas de pequeños museos y galerías de arte. No en vano, este pueblo marinero ha sido hogar de uno de los más grandes artistas de todos los tiempos, Salvador Dalí, y refugio de incontables nombres destacados de las artes como Picasso, Pitxot, Lorca, Pla o Miró, entre muchos otros.
La sensación de aislamiento que ofrece Cadaqués es reclamo para artistas de todo el mundo, que encuentran en sus calles y paisajes la inspiración y la belleza para completar sus obras.
Portlligat
Portlligat, hogar de pescadores y gentes de mar, es un pequeño pueblo adscrito al municipio de Cadaqués que se resguarda en el abrazo de una bahía y que está custodiado por las islas de Portlligat y Sa Farnera. Un oasis intemporal dentro del oasis que es Cadaqués. Una cala en la que quedarse a vivir.
El más ilustre de sus moradores fue Salvador Dalí que, en sus propias palabras, decía esto sobre este bello rincón del mundo: “Portlligat está situado a quince minutos de Cadaqués, al otro lado del cementerio. Es uno de los lugares más áridos minerales y planetarios de la tierra. Las mañanas ofrecen una alegría salvaje y amarga, ferozmente analítica y estructural; los atardeceres son morbosamente tristes: los olivos brillantes y animados durante el día, se metamorfosean en un gris inmóvil, como de plomo. La brisa matinal dibuja sonrisas de pequeñas olas felices en las aguas; por la tarde y a menudo, a consecuencia de los islotes que hacen de Portlligat una especie de lago, el agua está tan tranquila que refleja los dramas del cielo crepuscular”.
Aunque está situado a apenas 15 minutos a pie de Cadaqués, se puede llegar en coche hasta la misma playa de Portlligat.
Qué ver y qué hacer en Portlligat
Playas
Toda la costa de la bahía es en sí una gran playa de guijarros de aguas poco profundas y transparentes. La playa de Portlligat, al quedar prácticamente encerrada entre la costa y las islas, ofrece unas aguas algo más templadas que las del resto de la zona y unas vistas espectaculares de la bahía.
Si recorres la costa, puedes llegar a pequeñas calas de arena y guijarros e, incluso, puedes cruzar a nado hasta la playa de la isla de Portlligat.
Este enclave es ideal para realizar actividades acuáticas como snorkel, buceo o submarinismo. Hay diferentes empresas que se encargan de realizar estas actividades, pero, si ya eres un experto o eres mitad pez, recuerda añadir a tu maleta todo lo necesario para hacer de tu inmersión un recuerdo inolvidable.
¡Y no te olvides de los escarpines!
Casa Museo Salvador Dalí
Este rincón de la Costa Brava se hizo popular por ser el lugar que escogió Salvador Dalí para establecer su residencia habitual junto a Gala desde 1930 hasta la muerte de ésta en 1982.
Al morir Gala, Dalí abandonó esta casa súbitamente para trasladarse al Castillo de Púbol donde su amada está enterrada.
Esta es una de esas visitas imprescindibles si se está por la zona, tanto para amantes de las artes como para amantes de la naturaleza, puesto que la casa está integrada en su entorno de un modo que hace difícil discernir donde empieza la casa y donde termina la naturaleza que la rodea.
Esta Casa Museo forma parte del Triángulo Daliniano compuesto por la casa de Portlligat, la Casa-Museo Castillo de Púbol y el Teatro-Museo Dalí de Figueres.
Si quieres obtener más información y conocer nuestra experiencia, tienes disponible nuestra guía útil para visitar la Casa Museo Salvador Dalí.
Faro del Cap de Creus
El faro de Cap de Creus es el segundo más antiguo de Catalunya y está situado en un lugar privilegiado, en pleno Parque Natural donde los Pirineos se acuestan sobre la costa para darse un chapuzón.
Se puede llegar al faro a pie por el camino viejo de Cadaqués (unos 15 kilómetros) o en coche por la Carretera de Cadaqués a Cap de Creus.
Actualmente, el edificio del faro alberga el museo de geología y una oficina de turismo.
Eso sí, prepárate para el viento porque la tramuntana que ha modelado el paisaje en esta zona no perdona.
Para terminar con este pequeño recorrido por una de las zonas más salvajes y bellas de la costa catalana, te animamos a conocer todos estos lugares y a retener cada uno de sus paisajes en la retina. Pero te recomendamos visitarlos fuera de las temporadas más altas de turismo masificado, porque consideramos que Cadaqués y Portlligat son lugares pequeñitos que hay que beberse y saborear despacito, cosa que se hace muy difícil cuando tienes que ir esquivando gente.
Si conoces alguna otra perla escondida de nuestro litoral que te parezca imprescindible conocer, ¿nos hablas sobre ella en comentarios para que podamos descubrirla?
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There are 6 comments
He estado varias veces en la Costa Brava, pero reconozco que Cadaqués se me resiste…
Me encantan los cascos antiguos de las ciudades, especialmente las que tienen sus casas pintadas de blanco y puertas de colores como este, aunque no sé porqué será que todos estos pueblos tan chulos están plagados de cuestas…
Aparte del mirador de la Iglesia de Santa María, ¿hay algún otro lugar desde el que poder ver el pueblo desde las alturas?
Desconocía la ubicación del Museo de Dalí, pero como fan de su obra veo que es imprescindible hacer una visita desde Cadaqués, y de paso pegarse un chapuzón en esas calas de aguas un poco menos frías…
Muchas gracias por todas las recomendaciones, las tendré en cuenta para cuando vuelva a la Costa Brava. Saludos
¡Hola!
Estos pueblos suelen tener tantas cuestas por una razón defensiva. Sus primeros asentamientos necesitaban dominar el mar, pero, sobre todo, vigilar las tierras de alrededor.
Si finalmente te decides a visitar Cadaqués y Portlligat, nos encantará saber qué te han parecido.
Un abrazo 🙂
Había oído maravillas de Cadaqués y cuando la visité no me pareció tanto…es bonita sí, su casco antiguo, como bien apuntáis, conservan el entramado medieval y parece que Cadaqués se haya detenido en el tiempo, pero no terminé de encandilarme.
Lo que sí que me gustó un montón fue la Casa Museo Salvador Dalí en Portlligat, qué maravilla de lugar y de artista…como dices, un lugar imprescindible.
¡Hola Héctor!
A mi parecer, el encanto de Cadaqués está más en su entorno natural que en el pueblo en sí. Hay muchos pueblos de este estilo en nuestras costas, pero pocos se encuentran en un entorno natural tan privilegiado.
Un abrazo 🙂
Cuando eramos niños un verano visitamos la costa Brava y tenemos un recudo excepcional que pronto habría que volver a visitar. Cadaques parece un pueblo marinero con mucho encanto, con un montón de casitas blancas, como bien señaláis, un oasis en medio de monstruos inmobiliarios.
SI Dali decidió pasar largo periodo de tiempo en esta zona, por algo será, sin dudar cuando volvamos no nos perderemos una visita al museo dali
¡Hola, Aitor!
La Casa Museo es una maravilla, una forma de acercarse al pintor como artista pero también como persona.
Si vuelves pronto por la zona, ya nos contarás qué te ha parecido.
Un abrazo 🙂