Somos reincidentes con Oporto, y es que es una ciudad que nos enamoró desde que pusimos un pie en ella por primera vez. Es una de esas ciudades a las que volver en cuanto se presenta la ocasión.
Siempre hay una buena excusa para visitar la ciudad del Duero pero, si necesitas más razones, aquí tienes 5 planes para hacer en Oporto.
1. Pasear por la Ribeira
Oporto es la ciudad del Duero y, como donde hay agua hay vida, la vida de la ciudad está en su Ribeira.
Pocos atardeceres hemos visto más bonitos que los que bañan la Ribeira, y pocos momentos hemos disfrutado más estando de viaje que el de sentarnos con los pies colgando sobre el Duero bebiéndonos los destellos que el sol arranca a sus profundas aguas.
No es que me quiera poner poética pero es que no te puedes ir de Oporto sin fotografiar esta parte tan emblemática, tan llena de vida y con tanta verdad como es la Ribeira.
Y si hay un plan que no puedes perderte en esta parte de la ciudad es el de comer. Comer bonito, comer barato y comer riquísimo. Te recomendamos el famoso bacalao de Oporto y su Francesinha, aunque ésta última no es apta para estómagos sensibles.
2. Cruzar a Vilanova de Gaia
Aquellos que viajan a Oporto por sus vinos no pueden prescindir de una visita a Vilanova de Gaia y sus famosas bodegas.
Y aquellos que no bebemos más que agua tenemos una excusa perfecta para cruzar el Duero: las vistas de Oporto desde la ribera de Gaia son espectaculares.
Además, es una zona con mucha vida y, solo con alejarnos un poco del márgen del río, entraremos en el bullicio de una ciudad ajena al turismo que debora a su vecina.
Y, aunque solo sea por la experiencia de cruzar uno de los puentes sobre el Duero y disfrutar de su inmensidad, ya vale la pena la excursión a Vilanova de Gaia.
3. Torre Dos Clérigos
Con más de 250 años de historia, esta torre de inspiración barroca cumplió en su día funciones de telégrafo y de reloj. Desde la torre se disparaba un cañón cada mediodía para avisar a los comercios de que debían cerrar sus puertas.
Hoy en día, esta torre es uno de los símbolos de la ciudad y es ya el tercer monumento más visitado de Portugal.
Las vistas desde sus 75 metros de altura son privilegiadas y dominan toda la ciudad.
Nuestra visita, antes de subir a la torre, nos llevó a recorrer la exposición de arte sacro ubicada en la Casa de la Hermandad y a visitar el interior de la Iglesia desde la galería, cosa que nos permitió admirar toda la belleza del templo desde una perspectiva diferente.
Y si eres un amante de los libros y de las librerías bonitas y con solera, puedes aprovechar que estás aquí para acercarte a visitar la famosa Librería Lello. Eso sí, te recomendamos comprar las entradas con antelación, porque las colas que encontramos la última vez eran quilométricas.
4. Crucero de los 6 puentes
Esta es una de las actividades estrella para hacer en la ciudad y nosotros la hemos hecho las dos veces, antes y después de Alma. Pasear en barco por el Duero nos ofrece una perspectiva tanto de la Ribeira como de Vilanova de Gaia inalcanzable desde la orilla.
El recorrido, de apenas una hora, nos transporta bajo los 6 puentes más destacados: Luis I (uno de los símbolos de Oporto), do Infante (el de construcción más reciente), Maria Pia (diseñado por Seyrig, socio de Eiffel), São João (paso exclusivo del servicio ferroviario), Freixo (en el extremo Este) y Arrabida (el más largo).
Recorrer el Duero hasta la desembocadura es una experiencia para recordar, pero arribar a la Ribeira desde el río es algo inolvidable.
5. World of Discoveries
Se trata de un museo temático e interactivo que nos lleva a través de los viajes de los navegantes portugueses que cruzaron océanos llegando a mundos desconocidos para la vieja Europa.
Las estrellas de este museo, que se divide en diferentes zonas, son, sin duda, las zonas que cuentan con reproducciones de un navío y un astillero a tamaño real y, por supuesto, la experiencia inmersiva que supone el recorrido en barca por distintas escenas.
Si viajas con niños a Oporto, esta visita es un imprescindible. Nosotros disfrutamos mucho de todo el museo, tanto de la parte más teórica como de la parte más vivencial.
Resumiendo, Oporto es siempre un buen plan para tener en cuenta si se tienen dos o tres días disponibles. Además, las gentes de esta ciudad son hospitalarias y muy amables, y el idioma no supone ninguna barrera porque todos hacemos por entendernos.
Si me aceptas una última recomendación, te diré que, si puedes disponer de un día libre, te escapes a visitar Aveiro. A nosotros nos encantó pasear por esta pequeña localidad pesquera atravesada por canales.
Como siempre estamos dispuestos a volver a Oporto, ¿crees que nos ha faltado algún plan imprescindible? ¿Nos propones alguno más? Déjanos tu plan favorito para hacer en Oporto en los comentarios y tomaremos nota para la próxima.
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