Como siempre decimos, cada familia es un mundo y tiene necesidades y prioridades diferentes. Sin embargo, como sabemos que este viaje suscita muchas preguntas y dudas, vamos a intentar despejar algunas desde lo que hemos vivido. Por eso, hoy traemos estas recomendaciones para hacer el Camino de Santiago con niños.
¡Empezamos!
⏳ Edad recomendada
No hay una edad para hacer el Camino. Es cierto que no encontramos muchos niños y que la mayoría eran unos pocos años mayores que Alma (9), pero también encontramos a una familia con tres peques, de los cuales uno tenía 6 años y parecía llevarlo bastante bien.
Aunque no podemos afirmar cuál es la edad mínima, porque cada peque es diferente, creemos que una buena edad para que disfruten de la experiencia y la vivan a tope sería la de Alma.
Con niños más pequeños también se puede hacer, claro, pero quizá sería recomendable organizarse en etapas más cortas.
Eso sí, tengan la edad que tengan, siempre lo llevarán mejor si están acostumbrados a caminar. Alma es una niña acostumbrada a patear muchísimo en los viajes desde muy pequeña y, aun así, hubo momentos en los que el Camino se le hizo muy cuesta arriba, literal y figuradamente.
🏁 Kilómetros recomendados por etapa
Nosotros teníamos las etapas delimitadas por la empresa organizadora y Alma las superó todas con éxito. La media de nuestras etapas fue de unos 25 kilómetros diarios. Sin embargo, en todas las páginas especializadas del Camino, recomiendan que los niños hagan etapas como mucho de 10-15 kilómetros.
Eso va en el criterio de cada uno. Nosotros confiábamos en que Alma podía hacerlo, pero solo tú conoces los límites de tu criatura. Además, si vas con el viaje organizado, lo más probable es que cuentes con vehículo de asistencia; si tu peque no puede más, no es necesario sufrir.
🤸♀️ Si vas con niños, ellos son los protagonistas
Hacer el Camino supone pasar muchas horas sin hacer otra cosa que caminar y sin más preocupación que la de poner un pie delante del otro. Eso hace que estemos más receptivos a compartir trayecto con otras personas, pero también invita a la introspección y a buscar momentos de soledad. De hecho, si estás inmersa/o en la búsqueda de información sobre el Camino de Santiago, habrás leído o escuchado la recomendación de lanzarse al sendero en soledad.
Eso es genial cuando eres un adulto que no tiene a nadie a su cargo o que viaja con otros adultos de los que puede aislarse de vez en cuando, pero cuando viajas con peques no puedes ser el protagonista de tu camino o, por lo menos, no el único protagonista. Si hay otro adulto con quien turnarte, puedes buscar esos momentos de soledad, pero, si viajas sola/o con tu peque, es especialmente imprescindible que estés muy presente.
A veces, caemos en el error de tratar a los niños como adultos solo porque son capaces de seguirnos el ritmo. Pero, por muy maduros o fáciles de llevar que sean nuestros peques, siguen siendo niños. Por tanto, necesitan atención plena y entretenimiento.
No son necesarias las pantallas ni las maquinitas. Podéis charlar de sus cosas, cantar, jugar a juegos tipo Veo-veo, hablarles de vuestra infancia o de historias familiares (eso es algo que siempre capta su atención)… el límite lo pone tu imaginación.
Además, te recomendamos que, antes de empezar el Camino, prepares algún pasatiempo que sea del interés de tu peque y, si puede estar personalizado y relacionado con el Camino, mejor que mejor.
Tomás preparó un pasaporte lúdico del Camino, con actividades personalizadas para Alma y ella disfrutó mucho completándolo en cada etapa.
El pasaporte, junto con tener que llevar al día los sellos de la Credencial del Peregrino, tuvieron entretenida a la peque tanto durante las etapas como en el tiempo de descanso en los albergues.
Y, por supuesto, mantente atenta/o a su estado de ánimo. Hacer el Camino cansa, cansa mucho, y eso puede hacer mella en tu peque. Anímale como si fuera tu equipo en la final de la Champions.
🗺️ Implícale desde el principio
A todos nos gustan esos vídeos en los que alguien recibe un viaje sorpresa o es llevado al aeropuerto de improviso, pero nosotros no somos muy fans de esta metodología. A nosotros nos gusta implicar a Alma en todo el proceso que implica un viaje, desde la elección de destino hasta la preparación de la maleta, como explicamos en el post: Preparando el viaje con niños.
Pero es, sobre todo, en un viaje como éste, que les va a suponer un gran esfuerzo físico y un gran desgaste, que nos parece bastante mala idea llevarlos por sorpresa.
Al Camino de Santiago hay que ir preparado, física y mentalmente. Además, es recomendable entrenar antes de ir: hacer largas caminatas y senderismo, amoldar las zapatillas al pie para evitar ampollas inoportunas, etcétera.
En la red hay mucho contenido sobre el Camino y los vídeos de YouTube son una buena forma de captar la atención de nuestros peques. Aquí tenéis disponible el vídeo de nuestra experiencia haciendo el Camino de Santiago, pero desde aquí os recomendamos los vídeos sobre el Camino de El Mundo de Pirulo, porque son pura autenticidad, buen rollo y motivación (¡Go!).
🎒 Contrata el servicio de traslado de equipaje
Esto no es un imperativo, claro, pero creemos que es una recomendación a tener muy en cuenta. La frase más repetida por los expertos en el Camino es «cada gramo cuenta» y es tan cierta como que existe el sol.
Puesto que vas a necesitar estar al 100% para acompañar a tu peque y llevarlo en volandas hacia la meta diaria, cuanto menos peso cargues, mejor. Nosotros recomendamos contratar el traslado de equipaje y cargar con mochilas más pequeñas para llevar lo imprescindible a cuestas: chubasquero, botiquín, crema solar, forro polar o camiseta térmica, gorra, agua y algo de picoteo. Y te aseguro que lo imprescindible también te pesará.
🦯 ¿Bastones sí o bastones no?
En el caso de los adultos, te diría que, si no los has usado antes, no son necesarios. Yo cargué con unos que me prestaron en la mochila todos los días y no los usé; de hecho, no sé ni cómo se abren.
Pero, en el caso de los peques, pueden ser un elemento de motivación, porque les hace gracia utilizarlos. En el caso de Alma, apoyarse en ellos le fue de gran ayuda en los tramos de más dificultad.
Hay bastones muy ligeros pensados para los más pequeños de la casa y, además, se cierran fácilmente y los puedes llevar en la mochila sin problema.
🚰 El agua en el Camino
En todos los vídeos veréis que la gente rellena sus botellas en las fuentes y surtidores que encuentran por el camino, pero, los responsables de la empresa con la que viajamos, nos recomendaron NO beber de fuentes y surtidores, puesto que de los mismos beben los animales y se acumulan microorganismos que nos pueden hacer pasar un mal rato.
El agua del grifo en Galicia está buena (esta puntualización la apreciará sobre todo aquella gente que vive en zonas como la de Tarragona, en la que el agua del grifo está llena de cal y sabe a rayos). Puedes rellenar tus botellas reutilizables en los grifos de tus alojamientos o comprar agua embotellada en los supermercados que irás encontrando.
Sea como sea, lleva mucha agua e hidrátate con frecuencia. Aunque no tengas sed, tus músculos sí la tendrán.
🏨 ¿Albergue sí o albergue no?
Pues depende.
En primer lugar, depende de vuestras preferencias. Hay para quien resulta impensable compartir habitación con veinte personas más y no hablemos ya de compartir el baño y la ducha.
Nosotros sí recomendamos dormir en albergues. Fomenta la paciencia, la solidaridad y la empatía.
Eso sí, recomendamos el albergue, sobre todo, si vais con el viaje organizado, porque compartiréis el espacio siempre con las mismas personas y eso crea un ambiente de familiaridad, comunidad y respeto muy bonito; además de la seguridad que da que tu peque no se sienta continuamente rodeado de extraños.
En cambio, si vas por libre, puede resultar una experiencia estresante por el hecho de no saber si habrá camas suficientes para todos o porque podéis acabar durmiendo cada uno en una punta. Y, ojo, porque no en todos los albergues aceptan niños.
Sea como sea, por muy buen rollo que haya o por muy pequeño, acogedor o familiar que sea tu alojamiento, no olvides que, lamentablemente, no podemos bajar nunca la guardia: nuestros menores tienen que ir a todas partes acompañados por uno de sus tutores o adultos de referencia.
En el Camino encontrarás gente muy bonita. De hecho, tengo la teoría de que la mayoría de gente bonita es la que tiene una predisposición especial a hacer el Camino. Pero sigue siendo gente desconocida y con nuestros niños no nos podemos permitir el lujo de exponerlos a ningún peligro. No se trata de ser desconfiados ni de tener miedo, si no de ser realistas y prevenidos. Somos sus cuidadores, cuidémosles.
🛏️ En el Camino se duerme poco
Esto es algo que tienes que saber, porque tus peques lo van a notar. Esta premisa se cumple, sobre todo, si pernoctas en albergues.
Nosotros no nos íbamos a dormir ningún día antes de las 23 h, que era cuando se solían apagar las luces, y nos levantábamos siempre a las 6:15-6:30 h. Para un adulto, estas horas de sueño pueden ser más que suficientes, pero para una niña en edad de crecimiento que además camina una media de 25 kilómetros al día, puede resultar escaso.
Así que, ármate de paciencia e intenta procurarle tiempos de descanso o siestas a media tarde. Lo agradeceréis todos.
🚶♀️ Cada caminante tiene un ritmo
No te compares nunca con otro caminante y menos si vas con peques.
Está claro que si viajas con una persona que tiene las piernas más cortas y los músculos en fase de desarrollo, vas a ir más despacio o vas a tener que parar muchas más veces.
En el Camino, muy probablemente, te cruzarás decenas de veces con las mismas personas durante una etapa. A veces te adelantarán ellas, otras les adelantarás tú. Cada caminante tiene un ritmo diferente y una forma distinta de afrontar las etapas.
En nuestro grupo, había gente que hacía las etapas en 4 horas y eso está muy bien, pero sería muy naïf pensar que nosotros podríamos haber completado el recorrido en el mismo tiempo. No, nosotros no podríamos haberlo hecho y por eso las etapas nos tomaban el doble de horas. Y eso también está bien.
No te obsesiones con los tiempos ni te compares con los demás. Tenemos circunstancias y prioridades diferentes y todas son válidas.
A medida que voy escribiendo se me van ocurriendo más y más cosas, pero tengo que parar o este post acabará llegando a la categoría de e-book. Así que, si tienes alguna duda o pregunta que no hemos respondido aquí, no dudes en contactarnos dejándonos un comentario o, si lo prefieres, a través de nuestras redes sociales.
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