Las vacaciones de Navidad con todos sus compromisos familiares pueden resultar agotadoras y corremos el riesgo de volver al trabajo más cansados que antes de parar.
Por eso, decidimos empezar el año escapándonos un par de días a una ciudad que teníamos pendiente desde hacía mucho: Valencia.
Valencia nos queda relativamente cerca de casa, apenas dos horas y media en coche, pero no nos decidíamos porque la Peque odia viajar en coche. Pero, por fin, nos decidimos y valió la pena el riesgo.
Dos días no dan para mucho pero aprovechamos bastante bien nuestro tiempo. Visitamos el Museo de las Artes y las Ciencias donde pasamos una tarde muy entretenida. Paseamos por el centro histórico de la ciudad y los Jardines del Turia. Subimos a las Torres de Serranos desde donde disfrutamos de una panorámica de la ciudad impagable. Comimos en la Plaza de la Virgen y recorrimos la bulliciosa Plaza de la Reina. Paseamos hasta el Ayuntamiento, la imponente Estación del Norte y la Plaza de Toros y disfrutamos de los mercados navideños y, sobre todo, de la Feria de Navidad situada en el paseo marítimo.
Vaya, que exprimimos bien los días en la ciudad del Turia. Pero podéis verlo mejor en nuestro vídeo.
There are 6 comments
otro destino que tengo pendiente desde hace siglos, a ver si este es el año.. gracias por compartir vuestros viajes y darnos ideas! 🙂
¡Hola Miren! Nosotros estamos muy cerca, sin embargo nos costo muchos años poder ir. Siempre quedaba pendiente. Anímate, te va a encantar. ¡Gracias a ti por leernos y por comentar!
Hace no mucho que visitamos Valencia y nos gustó un montón! También estuvimos poco tiempo, así que habrá que volver
Siempre hay algún buen motivo para repetir 😉 ¡Saludos!
Estuvimos en Valencia el pasado mes de mayo y la ciudad nos sorprendió muy gratamente. Ha cambiado muchísimo desde nuestra anterior visita (allá por 2010) y ahora la ciudad está mucho más abierta y “paseable”. Tanto nos gustó que no nos importaría vivir allí durante un tiempo.
¡Hola Alicia! Para nosotros era la primera vez, y volvimos encantados. Vivir no creo, aunque nunca se sabe, pero si volver muchas veces. ¡Saludos! 🙂