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El Camino de Santiago en familia

Son muchas las dudas que nos asaltan cuando decidimos dejar el mundo atrás por unos días para hacer el Camino de Santiago.

Por supuesto, vamos a explicarte con pelos y señales en qué consiste el Camino, qué vas a encontrarte y qué necesitas para hacerlo; pero eso será en otro post, porque hoy trataremos de responder a la pregunta que más nos habéis hecho estos días: ¿se puede hacer el Camino de Santiago en familia?

Átate las botas, ¡que empezamos!

¿Se puede hacer el Camino de Santiago con niños?

No me voy a andar con rodeos; la respuesta rotunda es SÍ y, además, es una experiencia muy recomendable para compartir con ellos.

Sin embargo, antes de aventurarte a comprar las mochilas y las botas de trekking, hay algunas cosas que debes valorar.

Hacer el Camino consiste en caminar, caminar mucho. A primera vista, puede parecer una afirmación muy obvia, pero es algo que hay que resaltar y de lo que no todo el mundo es muy consciente. El Camino no es un paseo por senderos llanos y preñados de flores, o no es solo eso. La gran mayoría de los kilómetros que te separan de Santiago de Compostela desde tu lugar de partida están repletos de cuestas, que a menudo se convierten en duras bajadas, poniendo a prueba las rodillas más curtidas.

¡Sí, se puede hacer el Camino de Santiago con niños!

Galicia es un sueño hecho de naturaleza y caminarás por lugares idílicos, pero el Camino pondrá a prueba tus límites y más aún los de tus peques. Aunque estamos convencidos de que la mayoría de niñas y niños son más que capaces de hacer frente a un reto como éste, lo cierto es que nadie mejor que tú conoce las capacidades y limitaciones de tus criaturas.

Por  eso, es muy importante que, antes de embarcarte en esta aventura, te cuestiones por qué quieres hacer el Camino en familia, y si tu motivación tiene como protagonista a tu peque o si, por el contrario, es un deseo personal o incluso egoísta.

🎒 ¿Cómo organizar tu Camino de Santiago?

Ahora que tienes claras tus motivaciones y que has contagiado tus ganas a tu peque, ha llegado el momento de organizarlo todo.

A la hora de hacer el Camino son muchas las opciones que se abren ante ti. Para empezar, tienes que decidir qué ruta vas a elegir, porque Santiago solo hay uno, pero camino hay muchos. En otro post profundizaremos en los diferentes caminos que hay (Francés, Primitivo, Inglés, Portugués, De la Plata…), pero el tramo más popular y el más elegido por las familias es el que comprende los últimos 114 kilómetros del Camino Francés, siendo el recorrido más transitado el que va de Sarria a Santiago.

Las flechas amarillas del Camino

Que sea el tramo más popular tiene sus inconvenientes, pero también sus ventajas. El mayor inconveniente es que, en los últimos años, se ha masificado y se ha convertido en una especie de parque temático del peregrino. Esto significa que raramente vas completamente solo en tu andadura y puedes cruzarte durante horas con grupos gigantes que convierten tu peregrinaje en cualquier cosa menos en algo silencioso y tranquilo. El Camino de Santiago bien podría estar patrocinado por el Liverpool FC, por aquello del «You’ll never walk alone».

Pero esto tiene también sus ventajas, y es que este tramo de Sarria a Santiago está muy bien preparado para cubrir las necesidades del caminante, lo que se traduce en cantidad y variedad de alojamientos y otros servicios enfocados a que tus únicas preocupaciones sean caminar, comer y descansar.

Y, en esta línea, han proliferado, especialmente en este tramo, las empresas que se encargan de organizar tu paso por el Camino.

🗺️ El Camino, ¿mejor por libre u organizado?

No nos engañemos, hay algo romántico y casi místico en el peregrino que carga con sus pertenencias a la espalda y se echa a andar sin saber si parará en una aldea o en otra, si hoy caminará 15 o 35 kilómetros, si encontrará lugar en el albergue o tendrá que hacer noche al raso o llamar a la puerta de un alma caritativa que se apiade de él.

Eso es muy guay, y seguro que esa forma de vivirlo es realmente transformadora y enriquecedora, pero, cuando se viaja con criaturas, la improvisación y la incertidumbre no son buenas compañeras de aventura.

Camino de Santiago

Por supuesto que puedes hacer el Camino por libre yendo con niñas/os; sobre todo, en estos últimos 100 kilómetros en que difícilmente te quedes sin alojamiento para pasar la noche, pero, después de todo el día caminando y del desgaste que supone “tirar” de los peques y motivarlos durante horas, puede que lo que menos te apetezca sea tener que ir de albergue en albergue buscando camas para toda la familia. Y, además, ten en cuenta que, cuantos más seáis, más difícil es encontrar camas para todos.

El Camino engancha y pocas son las personas que lo han hecho y que al llegar a Santiago no estaban ya pensando en cuándo y desde dónde iban a repetir. Por eso, porque es muy probable que tú y tu familia queráis repetir, para un primer contacto con la experiencia, nosotros recomendamos hacer el Camino con una empresa experta. Una vez lo hayáis vivido y sepáis de primera mano lo que supone un viaje como éste, tendréis las herramientas y el conocimiento óptimos para organizaros por vuestra cuenta.

👣 ¿En qué consiste hacer el Camino con una empresa organizadora?

Como apuntábamos antes, la popularidad que ha ganado el Camino en los últimos años y el hecho de que 100 kilómetros en 5 o 6 días son una empresa, a priori, alcanzable para la mayoría, ha hecho que proliferen las empresas que ofrecen sus servicios de organización.

Grosso modo, lo que estas empresas suelen ofrecer es la contratación de los albergues (algunos con desayuno, otros con media pensión), un servicio de traslado diario de equipaje del albergue de origen al de destino y coche de asistencia, por si te hiciera falta durante la etapa.

Si haces una búsqueda rápida en la red, verás que hay muchas empresas que ofrecen este servicio. Además, verás que las hay de precios muy diversos, a pesar de tratarse del mismo número de días y de las mismas prestaciones básicas. Eso se debe, principalmente, al tipo de alojamientos con los que trabajan (albergues, pensiones, hostales, hoteles…). Ahí entran en juego tus preferencias y qué tipo de experiencia quieres llevarte de tu paso por el Camino.

La flecha amarilla y la vieira

Nosotros hicimos nuestro Camino con Viajeros Canallas (esto no es una colaboración. Pagamos nuestro viaje como el resto de nuestros compañeros de experiencia). Por lo que hemos podido ver en la red, esta es una de las empresas organizadoras del Camino con más experiencia, más económicas y con una mejor relación calidad-precio. Además, la elegimos porque ofrecía lo suficiente para cubrir nuestras necesidades y expectativas.

En nuestro caso, teníamos incluidos los albergues en régimen de media pensión (cena y desayuno), cosa que nos quitaba de un plumazo tres quebraderos de cabeza; y el coche de asistencia, que no tuvimos la necesidad de utilizar, aunque estuvimos a punto.

Además, contratamos el extra del transporte del equipaje y solo teníamos que cargar con las mochilas para llevar lo necesario que, como sabrás, cuando vas con peques tienes que llevar cosas que de otra forma no llevarías.

Si tuviéramos que repetir con una empresa, sería con esta. Todo fue excelente y el único contratiempo que tuvimos fue solventado enseguida.

Para nosotros, el servicio que ofrecía esta empresa era más que suficiente, porque consideramos que parte importante del Camino es compartir espacios con personas a las que no conoces. Por eso, dormir en albergues, compartiendo habitación y baños con decenas de personas más, era para nosotros parte de la experiencia.

Albergue en Santiago de Compostela

Además, al hacer el viaje organizado, compartíamos los espacios siempre con gente de nuestro grupo, algo que fue de lo más enriquecedor; sobre todo para Alma, a la que todos trataron con un cariño y una familiaridad exquisitos y que, sin duda, contribuyeron a que culminara su Camino con éxito.

Por eso, por lo positivo de nuestra experiencia, os recomendamos que hagáis vuestro primer Camino en familia con una empresa que os lo organice. El Camino lo haréis solos, pero la experiencia de vida será grupal.

Hay empresas que se especializan en familias, ofreciendo etapas más cortas para los últimos 100 kilómetros en más días por importes bastante más elevados. Pero, personalmente, si confías en que tu peque puede cubrir largas distancias, con esfuerzo pero con éxito, no nos parece necesario desembolsar esa diferencia de precio. Aun así, eso es muy personal y tienes que elegir la opción que más se ajuste a vuestras necesidades. Así que el consejo es que busques y compares con calma.

👨‍👩‍👧 Nuestro Camino de Santiago

Hay quien dice que el Camino te llama o que un día implosionas y necesitas echarte a andar sin más.

Nuestro caso fue menos poético. Desde siempre nos había rondado la idea de que nos gustaría hacer el Camino y, simplemente, este año surgió la oportunidad, consideramos que Alma estaba preparada para afrontarlo y, sin darle ni una vuelta, lo contratamos.

La empresa con la que hicimos este viaje ofrecía la posibilidad de hacer diferentes caminos, pero el que más se ajustaba a nosotros y a los días de los que disponíamos era el Camino Francés desde Sarria, y ese fue el que elegimos.

Últimos 100 km del Camino de Santiago

Cada peregrino tiene un motivo para salir al polvo del camino y dirigirse hacia Santiago. Unos lo hacen por devoción, otros cumplen promesas, los hay que purgan pecados, otros intentan liberarse de demonios o huir de algún problema, hay quienes buscan superarse físicamente y los que esperan encontrarse a sí mismos en un viaje introspectivo de autoconocimiento. De nuevo, nuestros motivos son menos románticos y fuimos al Camino para compartir unos días activos en familia sin más preocupación que la de caminar X kilómetros diarios y disfrutar del trayecto.

Sin embargo, lo realmente importante del Camino no es lo que buscas sino lo que aprendes y lo que te llevas. Alma aprendió que el único límite es el que nos ponemos a nosotros mismos y que, cuando cree que ya no puede más, saca fuerzas y sigue hasta conseguirlo. Y te puedo asegurar que lo que consiguió en la última etapa fue toda una gesta.

Pero no me adelanto. Vamos por partes:

🚘 Primera parte del viaje

El viaje organizado no incluía el transporte desde nuestro lugar de origen hasta Sarria (casi ninguna empresa lo incluye, porque cada viajero llega desde un punto del país diferente). Así que el día 22 de junio recogí a Alma de su último día de cole, comimos y, cuando Tomás llegó de trabajar a las 14 h, cargamos las mochilas en el maletero y salimos rumbo a Burgos, donde hicimos noche para no hacer tantos kilómetros del tirón.

Al día siguiente, desayunamos y volvimos a la carretera en dirección a Sarria. Cuando llegamos a nuestro destino, fuimos directamente hacia el albergue donde íbamos a pasar la primera noche. Pusimos los sacos en nuestras camas y, después de cambiar el coche de lugar un par de veces para asegurarme de que iba a dejarlo toda la semana en un lugar seguro, tuvimos el primer contacto con el grupo, la reunión y la cena. Y después a dormir para estar frescos en nuestra primera etapa.

🥾 1️ª etapa: Sarria – Portomarin

📍 → 22,5 kilómetros

Emprendimos la marcha después de desayunar, a las 7:55 h, con mucha ilusión y con los pies embadurnados de la crema antifricción de Decathlon, que, por cierto, es mano de santo.

En cuanto atravesamos el casco antiguo de Sarria ya nos sentimos de lleno en el Camino: construcciones de piedra, vistas alucinantes y naturaleza por doquier. Y así empezó nuestra andadura, maravillados por todo lo que nos rodeaba hasta que, nada más empezar y tras atravesar el puente de A Áspera y caminar en paralelo a la vía del tren durante 1 kilómetro, llegamos al pie de la cuesta más dura de la etapa. Superamos este primer reto con éxito, pero el Camino ya nos estaba avisando de que no sería un paseo por el monte sin más.

Paisajes del Camino

El final de esta etapa se nos hizo un poco largo, porque nos llovió a pocos kilómetros de llegar a Portomarin. Sin embargo, cruzar el puente sobre el embalse y subir las escaleras de piedra que culminan la etapa fue todo un subidón, con lluvia y todo.

Tardamos en completar esta etapa unas 8 h, haciendo varias paradas cortas y una más larga para comer.

🥾 2ª etapa: Portomarin – Palas de Rei

📍 → 25,5 kilómetros

Con el estómago lleno, comenzamos a caminar a las 7:45 h. Y, como en la primera etapa, enseguida nos encontramos con una primera cuesta bastante empinada para ir calentando motores. Esta etapa no tiene grandes dificultades, pero se nos hizo bastante pesada por un tramo concreto que tiene unas cuestas muy pronunciadas y porque nos llovió mucho y varias veces.

Tortilla de la Taberna do Camiño

Pero el balance general del día fue muy positivo, porque comimos la mejor tortilla de patatas del mundo en la Taberna do Camiño, cerca de O Hospital, y porque en la Capilla da Madalena, en Vendas de Narón, le explicaron a Alma el pasado templario de la zona. Y, por supuesto, porque, aunque Alma sufrió un poco en esta etapa, se superó a sí misma y eso le dio un chute de autoestima que le vino genial para afrontar la siguiente etapa.

Tardamos en completar esta etapa unas 9 horas.

🥾 3ª etapa: Palas de Rei – Ribadiso

📍 → 27,2 kilómetros

Empezamos el día a las 7:55 h con algo de miedo, por tratarse de la etapa más larga. Pero lo cierto es que se nos hizo más liviana y nos resultó a todos más fácil, a pesar del cansancio que íbamos acumulando de los días anteriores.

La primera parte del recorrido fue bastante amena, sin desniveles reseñables y culminó con la llegada a Melide, donde Alma probó el pulpo por primera vez (si viste nuestras stories de IG, ya sabrás qué le pareció), como parte de uno de los retos que tenía que cumplir durante el Camino y que consistía en probar algo típico de la zona.

De Palas de Rei a Ribadiso

Con la panza llena, emprendimos la segunda parte del recorrido, conocida como la rompepiernas, en la que nos esperaban subidas y bajadas, que nos hicieron llegar a Ribadiso cansados pero felices por haber superado la etapa más complicada con éxito y con el ánimo a tope. También ayudó mucho que no nos lloviera en todo el día.

Tardamos en completar esta etapa unas 9 horas.

🥾 4ª etapa: Ribadiso – Pedrouzo

📍 → 21,5 kilómetros

Nos pusimos en marcha a las 8:00 h y, tras lo bien que terminamos la tercera etapa, nos confiamos un poco con ésta más corta y por eso se nos hizo un poco pesada. Al saber que eran menos kilómetros, parecía que no se terminaba nunca. Ese es un error de principiante; cada etapa es única y diferente de las demás.

De Ribadiso a Pedrouzo

Físicamente, fue de las más sencillas y el recorrido fue de los más bonitos, pero también nos paramos bastante y por eso tardamos en completarla algo más de 8 horas.

🥾 5ª etapa: Pedrouzo – Santiago

📍 → 19,5 kilómetros

Tocaba enfrentar nuestra última etapa, la que tenía que ser una de las más sencillas y plácidas de nuestro viaje, pero surgió un contratiempo que nos puso las cosas muy difíciles: Alma y Tomás se indispusieron, se pusieron malos de la barriga.

Empezamos a caminar más tarde que los días anteriores, sobre las 8:25 h, y el camino, que podríamos haber completado en 5 o 6 horas, acabó pareciendo eterno y nos tomó terminarlo unas 7 horas.

Llegada a Santiago de Compostela

Alma tenía fuertes dolores de barriga e incluso en un momento rompió a llorar porque se encontraba mal pero no quería rendirse. Había cubierto ya 100 kilómetros y quería llegar a Santiago como fuera. Finalmente, después de hacer una parada larga para descansar y con la ayuda de Tomás, que no sé de dónde sacó fuerzas porque tampoco se encontraba bien, Alma se repuso y conseguimos terminar juntos el Camino y llegar ante la Catedral de Santiago por nuestro propio pie.

Sin lugar a dudas, ese es un día que Alma recordará por siempre. El día en que siguió adelante contra viento y marea y se superó a sí misma. Ese día aprendimos que la actitud lo es todo, en el Camino y en la vida.

🚍 Fin del viaje

Como fin de fiesta, todo el equipo nos dimos una buena comilona antes de despedirnos. A la mañana siguiente, con el corazón tan lleno como la mochila, desayunamos y emprendimos nuestra pequeña odisea de vuelta a casa.

Tomamos un bus que en algo más de dos horas nos llevó hasta Sarria. Allí aprovechamos para comer y nos subimos al coche rumbo a un pueblo de La Rioja, donde hicimos noche.

Al día siguiente (30), volvimos a subir al coche para cubrir las cuatro horas que nos separaban de casa y así poner el punto final a uno de nuestros viajes más especiales.

En definitiva, si nos preguntas si merece la pena hacer el Camino de Santiago en familia, te diremos que sí. Sí, en mayúsculas. Es una experiencia única y totalmente recomendable, que estamos deseando repetir y que probablemente repetiremos más pronto que tarde.

Si ya estás inmerso en la preparación de tu Camino en familia, no te pierdas nuestras Recomendaciones para hacer el Camino de Santiago con niños y, sobre todo, no te olvides de que nos encantaría que compartieras tu experiencia con nosotros cuando vuelvas. ¡Buen camino, peregrino (o proyecto de peregrino)!

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