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Cerramos la maleta de 2020

Este 2020 va llegando a su fin y es momento de hacer balance, como cada año. Muchos pensaréis que el balance es rápido de hacer: un año nefasto para olvidar. Pero, echando la vista atrás, no estamos del todo de acuerdo con esa afirmación.

A pesar de la pandemia, hemos sacado muchas cosas buenas de este año. Y, por eso, hoy cerramos la maleta de 2020 y os animamos a que hagáis lo mismo.

2020, el año del caos

A estas alturas, hasta los marcianos saben que este año ha sido nefasto para nuestro planeta. O mejor dicho, ha sido nefasto para la Humanidad, porque la verdad es que el planeta pudo descansar y respirar un poco durante los meses de confinamiento estricto. Así de nocivos somos.

Las epidemias han sido recurrentes durante toda la historia de nuestra existencia, pero, en la era de la tecnología y de lo virtual, nos creíamos prácticamente invencibles. Y, claro, la bofetada de realidad que nos hemos llevado como especie ha sido brutal.

En marzo llegó el confinamiento total y la vida de horarios desquiciantes, agendas apretadas y aglomeraciones imposibles se paró de golpe. Por supuesto, tener que estar confinados o vernos obligados (por responsabilidad social) a reducir nuestra movilidad tuvo su lado malo, pero también tuvo su lado bueno.

Está claro que para un proyecto familiar como Maleta para tres que se alimenta de nuestros viajes, este año no ha sido especialmente bueno. Pero para nuestro gran proyecto de vida familiar que se alimenta de nuestro tiempo juntos y de las actividades compartidas, 2020 nos ha brindado la oportunidad de parar y vivir durante un tiempo sin horarios ni obligaciones sociales, lo que nos ha permitido dedicarnos a tope a lo más importante: nuestra familia de tres.

Este año nos ha hecho parar y reflexionar sobre lo que hacemos y sobre lo que queremos hacer; algo así como lo de: ¿de dónde venimos y adónde vamos?. Y en esas estamos, dejándonos llevar un poco menos por lo que se supone que tenemos que hacer y reorganizando algunos aspectos de nuestra vida para poder dirigirnos hacia aquello que realmente nos hace felices.

Por ello, estamos convencidos de que 2020 no es un año para olvidar ni una página que pasar con pena. 2020 ha sido horrible para todos aquellos que han sufrido más o menos de cerca el impacto del virus, pero también ha sido un año de mucha introspección y de nuevas oportunidades.

Citando a un gran personaje de ficción << El caos no es un pozo. El caos es una escalera.>> (Petyr Baelish, Juego de Tronos, HBO)

Expectativas y planes frustrados

Pero no todas nuestras reflexiones son tan románticas.

Aunque tenemos la suerte de no haber sufrido de cerca el impacto del virus (y que siga así, por favor) y nuestra economía no se ha visto gravemente perjudicada (lo que no significa que no haya sufrido la crisis), hemos vivido el duelo de ver cómo el que tenía que ser El Año de los Planazos se convertía en el año de <<vamos dónde sea pero vámonos, por favor>>.

La verdad es que el año empezó de maravilla porque lo inauguramos viajando. Pero llegó marzo y nuestros planes empezaron a caer uno tras otro como fichas de dominó. Como no queremos aburriros con nuestras penas, solo os hablaremos de los dos grandes planes frustrados:

-En junio íbamos a volver a ver en concierto a Paul McCartney. Y, no solo era nuestra segunda vez, era también la segunda vez de Alma quien, ahora que es más mayor y mucho más consciente de las cosas, estaba de lo más emocionada. Y nosotros, claro.

Aunque en nuestro fuero interno sabíamos desde el primer momento que el concierto se iba a suspender, en las primeras semanas del confinamiento aún manteníamos la esperanza de poder disfrutar del concierto y manteníamos alto el hype. Hasta que llegó el momento de resignarse y aceptar que, muy probablemente, ese segundo concierto ya no iba a llegar nunca. Menos mal que tenemos miles de vídeos y recuerdos del primero.

-Para nuestras vacaciones de verano, a finales de agosto, teníamos organizado y pagado nuestro primer viaje a Disneyland Paris.

La verdad es que nos costó bastantes días decidir qué íbamos a hacer con el viaje porque, aunque imaginábamos que el parque abriría sus puertas en verano, estábamos convencidos de que habría muchas restricciones y que se suspenderían muchos espectáculos y actividades que son las que hacen de los parques Disney un lugar mágico (y, de hecho, así fue. Los parques reabrieron sus puertas pero no funcionaban a pleno rendimiento).

Finalmente, decidimos que la mejor opción para nosotros era mantener el viaje organizado y pagado, pero cambiarlo para las mismas fechas de 2021. Así que, con mucha pena, llegamos a la conclusión de que Disneyland Paris tendría que esperar un año más y de que nuestras grandes vacaciones de 2020 tendrían que ser menos grandes.

¡Boom! Eso sí que ha dolido, ¿eh?.

Resumen viajero

Pero suspender planes y tener que cambiar nuestra forma de viajar no iba a pararnos. En absoluto.

Que no hayamos hecho demasiada vida social por motivos obvios, no significa que nos hayamos quedado encerrados en casa. Y, echando la vista atrás, no está nada mal el recuento viajero de este año a pesar de las circunstancias. Vamos allá:

Viajes

Empezamos el año con un road trip por el otro lado de la frontera que nos dejó las pilas bien cargadas para la vuelta a la realidad post-vacaciones de invierno. Paseamos por Toulouse, descubrimos su fántastico museo de Historia Natural y fuimos a divertirnos a Halle de la Machine.

Después, pusimos rumbo a Carcassonne donde nos enamoramos de su ciudadela y disfrutamos de su festival navideño Magie du Noël, y regresamos a casa con el firme propósito de volver pronto.

Ya en la etapa post-confinamiento, en julio, nos escapamos un fin de semana a Lloret de Mar en el que sería nuestro primer Blog Trip. La verdad es que después de los meses de encierro fue una experiencia casi mística poder sacarle tanto jugo a un solo fin de semana: nuestro bautizo de snorkel, una gincana fantástica por los Jardines de Santa Clotilde y una estancia de 10 en el Hotel Evenia Resort… nos dio tiempo hasta de marearnos como sopas en el barco de camino a Tossa.

Una vez descartada la posibilidad de volar a cualquier parte, decidimos que nuestras vacaciones de verano incluirían otro road trip. Y, como en nuestro paso por Lloret de Mar nos dimos cuenta de todo lo que nos faltaba por disfrutar de la Costa Brava, para allá que nos fuimos.

Así que, cogimos el coche y pusimos rumbo a Empuriabrava donde establecimos nuestro centro de operaciones para visitar Castelló d’Empúries, Cadaqués, el Museo de Salvador Dalí en Port Lligat y las Ruinas de Empúries en L’Escala.

Desde ahí, empezamos a bajar y volvimos a parar en Lloret de Mar donde terminamos nuestro viaje recorriendo parte de su Camino de Ronda y visitando Tossa de Mar que nos fascinó y enamoró a partes iguales.

Excursiones

Pero no solo de dormir en hoteles vive el hombre y las excursiones cerca de casa nos han dado la vida. Así que, entre restricciones y aperturas, nos hemos escapado a estos lugares:

– Inmediatamente después del confinamiento, nos acercamos a Ulldemolis a realizar la ruta de les Ermites y a darle un poco de marcha a las articulaciones.

– En julio fuimos a descubrir El bosc de les Bruixes en l’Argentera y aunque pasamos un calor terrible, valió la pena la experiencia y el aire fresco.

– Aprovechamos para recorrer un tramo del Camino de Ronda de Tarragona que no tiene nada que envidiar a otros caminos de ronda que hemos hecho y, de paso, nos pusimos a remojo en la cala Jovera junto al Castillo de Tamarit. ¡Qué bonita es Tarragona!

– El 11 de septiembre es festivo en Catalunya, así que nos fuimos de cabeza a Siurana, un encantador pueblo medieval revestido de leyenda al que le teníamos ganas desde hacía mucho tiempo. Por cierto, tendremos que volver porque al ir en plena Diada de Catalunya estaba a tope de gente.

Antes de que se decretara el confinamiento perimetral municipal de fin de semana en Catalunya, hicimos nuestra última escapada. Esta vez nos fuimos a revisitar Peñíscola y su imponente castillo por el que bien merece la pena pagar la entrada, aunque solo sea por sus vistas.

Y entonces llegó el confinamiento perimetral municipal de fin de semana y se acabaron las escapadas a la montaña o al bosque. Menos mal que podíamos desplazarnos a la Pineda a disfrutar del mar; somos unos privilegiados.

PortAventura 25 aniversario

El parque, que este año celebraba su 25 aniversario, reabrió sus puertas el 8 de julio.

La organización del parque fue dando bandazos y tomando decisiones sobre la marcha y, aunque en un principio los pases de temporada teníamos limitado el acceso, después decidieron darnos vía libre. Por algo será.

En fin. La verdad es que poder pasar algunos ratos en el parque estuvo bien y fue una forma de disfrutar de ratos de ocio sin ponernos en riesgo y sin tener que desplazarnos del lugar donde vivimos.

Por desgracia, el parque tuvo que cerrar a mitades de octubre y ya no volverá a abrir hasta 2021. Aunque, sinceramente, era desolador ver el parque a medio gas, sin espectáculos y sin tantos trabajadores que se han quedado en la estacada.

Esperamos que el parque esté a la altura de las circunstancias en su reapertura. Y no nos referimos solo a estar a la altura con los clientes, si no a estar a la altura con sus trabajadores. A ver si todos hemos aprendido algo de este 2020.

Balance general

Como decía al principio de este post, 2020 ha sido nefasto en muchos aspectos, pero también nos ha brindado una gran oportunidad de revisar nuestras creencias, nuestras necesidades y nuestras prioridades.

Por ello y, a pesar de haber tenido que dejar de hacer muchas cosas que nos hacían mucha ilusión, creemos que el balance general de nuestro año es bastante positivo.

Y, si nos referimos estrictamente a Maleta para tres, consideramos que el balance tampoco está nada mal:

Hemos mantenido activo el blog, el canal y las redes (que no es poco teniendo en cuenta que nuestro contenido se basa en nuestros viajes)

– Hemos dado a luz a nuestro podcast Criando Cuervos

– Nos hemos embarcado en la aventura de las Píldoras viajeras que os están gustando mucho y eso nos hace muy felices (¡gracias!)

– Hemos tenido tiempo para pensar, replantearnos algunos contenidos y poner en marcha nuevos proyectos y nuevos enfoques

Así que, en parte gracias a este 2020, podemos decir que vamos a por el 2021 con muchas más ganas y mucha ilusión.

Sabemos que, en caso de haber sufrido de cerca los estragos del virus, nuestro balance sería bastante distinto. Pero, aunque somos conscientes y empatizamos con el dolor ajeno, no podemos lamentarnos por lo que no nos ha ocurrido.

Lo que sí hemos hecho, desde el primer día, es actuar de un modo responsable y cuidar de nosotros mismos y de los demás y, quizá por eso mismo, hoy nuestro balance tiene una mirada positiva.

¿Nos contáis qué sacáis vosotros de este 2020? ¿Habéis hecho ya recuento de lo vivido este año? ¿Balance positivo, negativo o “pasapalabra”? ¡Contadnos!

¡Nos vemos en 2021!

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