Tengo que confesaros que estaba deseando que se terminara 2019.
Si tenemos en cuenta el año viajero (que es lo que nos trae aquí), el balance es más que positivo pero, en otros aspectos importantes (salvo excepciones bonitas), hemos pasado momentos bastante malos.
Así que, querido 2019, tanta paz encuentres como descanso dejas.
Y, ahora sí, vamos con el repaso a nuestra maleta de 2019 a la que ya le vamos echando el cierre.
Benidorm
La verdad es que, echando la vista atrás, este año nuestra primera escapada se hizo esperar bastante.
No fue hasta Semana Santa que visitamos nuestro primer destino del año y elegimos Benidorm. Y todos pensaréis: <<¡Oh, Benidorm! Sol, playa y calorcito>>… ¡Error! Si en Benidorm suele llover poco, os aseguro que nosotros nos llevamos la lluvia de dos o tres años seguidos concentrada en apenas dos días.
Realmente fue una pena porque queríamos hacer muchas de las actividades pensadas para familias que oferta la ciudad y apenas pudimos salir del hotel.
Por suerte, el hotel en el que nos alojamos tenía absolutamente de todo y pasamos el trago de estar encerrados mucho mejor.
La mayor pena de que nos diluviara (literalmente) fue que, aunque pudimos disfrutar de medio día en Terra Mítica, no pudimos terminar de darle la vuelta a este parque temático al que tantas ganas le teníamos. Fue un auténtico coitus interruptus.
Pero siempre hay que intentar sacar la parte positiva de todo y, en este caso, lo mejor fue que Alma aguantó súper bien las cuatro horas en coche de ida y las cuatro de vuelta. Así que, ni tan mal.
Andorra
Ya que Alma había aguantado tan bien el trayecto en coche hasta Benidorm, nos decidimos a escaparnos a Andorra un fin de semana en julio.
Le sacamos un buen rendimiento al fin de semana porque nos dio tiempo a ver el espectáculo Rebel de Cirque du Soleil, recorrer la ciudad y visitar Naturlandia donde nos lo pasamos los tres súper bien. Además, en sólo dos días, nos dio tiempo a achicharrarnos de calor y acabar chorreando bajo el aguacero.
Qué sería de nosotros sin nuestra sección improvisada Paraguas para tres.
Bruselas
Y, por fin, llegaron las tan esperadas vacaciones de verano y, con ellas, nuestro viaje largo del año.
Este año elegimos dos destinos para nuestras vacaciones: Bélgica y Holanda. Y, cómo no podía ser de otra manera, establecimos como primer centro de operaciones la ciudad de Bruselas.
La verdad es que creo que invertimos bien nuestro tiempo porque, aparte de pasear por la ciudad y su centro histórico, estuvimos en Mini-Europe y nos escapamos un día a Walibi Belgium.
Mini-Europe nos encantó porque nos encantan las representaciones a escala y las maquetas al detalle. Eso sí, acabamos agotados porque es un lugar enorme y todo el recorrido se hace bajo el sol, cosa que en agosto se hace notar y se sufre un poco.
Por otro lado, como amantes de los parques temáticos y de atracciones, no podíamos dejar pasar la oportunidad de escaparnos a Walibi Belgium. Y, la verdad, es que superó nuestras expectativas y nos fuimos con ganas de volver cuando terminen de renovar el parque porque se lo están currando muchísimo.
Brujas
Nuestra siguiente parada en Bélgica fue Brujas. Sin duda, la fama que la precede es bien merecida porque se trata de una ciudad medieval preciosa.
Nuestra visita fue un poco suicida y a contra reloj pero, aun así, exprimimos el tiempo y pudimos ver mucho. Y, por supuesto, el paseo en barco nos reconcilió con una ciudad preciosa pero terriblemente masificada a causa del turismo.
Sinceramente, ni en Venecia tuvimos esa sensación de masificación y agobio. Aunque es justo decir que viajamos a Venecia un mes de noviembre.
Eso sí, nos fuimos con los deberes cumplidos y pudimos tachar de nuestra lista particular esta bonita ciudad que aparece en todas las listas de imprescindibles.
Gante
Gante fue la gran sorpresa para nosotros. No nos habíamos creado grandes expectativas pero, sin duda, fue la ciudad que más nos gustó con diferencia.
Sin el agobio turístico de Brujas, Gante no tiene nada que envidiarle. Y, aquí entre nosotros, nos pareció más bonita y espectacular.
Gante nos transmitió lo que es: una ciudad activa, cosmopolita, llena de gente joven y, a la vez, orgullosa de su patrimonio histórico y cultural.
No hace falta decir que nos fuimos con las ganas de volver para quedarnos, por lo menos, dos o tres días y exprimir todo lo que la ciudad ofrece que es mucho y muy variado.
Amberes
La última ciudad de Bélgica en la que estuvimos fue Amberes. Sinceramente, como esta ciudad fue nuestra segunda base de operaciones, no la vivimos demasiado.
Eso sí, tuvimos la suerte de llegar en pleno festival Cultuurmarkt y las calles bullían de vida. Además, aprovechamos para ir a la casa-taller de Rubens que bien merece una visita porque es maravillosa.
Y, aunque no nos lo esperábamos, el plato fuerte de nuestro paso por Amberes fue el museo Chocolate Nation, un espectacular museo interactivo con cata de chocolates incluida. Un recuerdo dulce para nuestra maleta.
Kaatsheuvel
Y de Amberes (Bélgica) nos fuimos directamente a nuestro destino estrella en Holanda: Kaatsheuvel.
Y, ¿qué hay en Kaatsheuvel? Pues, aparte de ser un pueblo holandés de casas bajas unifamiliares encantador y tranquilo, es donde se encuentra el maravilloso parque temático al que tantas ganas le teníamos desde hace mucho: De Efteling.
Teníamos muchas expectativas puestas en De Efteling y, no sólo no nos defraudó, sino que las superó con creces. Quedamos absolutamente enamorados de todos y cada uno de los rincones de este parque: el bosque en el que está integrado, las dark rides que son pura fantasía, el bosque de los cuentos, la tematización… Es que podría hacer escribir un ensayo sobre este parque y me seguiría quedando corta.
De verdad, si tenéis la oportunidad de visitar De Efteling, no os lo penséis ni medio segundo porque merece todos y cada uno de los euros que os pueda costar la visita. Y, si tenéis el pase de PortAventura, tenéis la entrada de un día de forma gratuita.
Nosotros volveremos seguro. Será nuestra excusa para visitar Ámsterdam de una vez por todas, ya que se encuentra a poco más de una hora.
Eindhoven
Llegamos al final de nuestras vacaciones de verano visitando Eindhoven.
La realidad es que fuimos hasta esta ciudad porque era desde donde salía nuestro vuelo de vuelta a casa y, como ya estábamos algo cansados y no teníamos mucho tiempo para visitarla, hicimos poco más que pasear por el centro y por el Stadswandelpark.
En definitiva, sin más, otra ciudad para tachar de nuestra lista viajera.
Y, a partir de septiembre, el tiempo empezó a escurrirse entre nuestros dedos otra vez y las semanas nos fueron arrasando hasta que nos hemos plantado aquí, en el final del año. No sabemos cómo ha pasado pero se han esfumado tres meses sin apenas darnos cuenta.
Como os decía al principio, 2019 no ha sido un año demasiado bueno. Ha sido más bien un año difícil y correoso pero parece que lo hemos superado y nos alegramos por ello. Aun así nuestro balance ha sido bastante bueno: ocho ciudades, cuatro países, seis parques temáticos/atracciones, dos parques temáticos de maquetas, muchos kilómetros recorridos, muchos momentos compartidos, muchas fotos, muchos recuerdos en la maleta y crecimiento personal y familiar.
Además, hemos sido finalistas en la categoría de Blogs de viajes en familia tanto de los Premios Madresfera como de los Premios Blog del Bebé, cosa que nos ha hecho muy felices porque hemos visto que se valora positivamente lo que hacemos con tanto cariño y estamos muy agradecidos por ello. Así que, obviando las cosas menos positivas que nos han pasado este año, el balance final tiene que ser positivo. Al fin y al cabo, seguimos vivos y con la posibilidad de seguir conociendo nuevos lugares. ¿Nos acompañáis en nuestro viaje por 2020? ¡Deseamos que sea un año maravilloso para todas/os!