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El primer viaje con un bebé

¿Nunca os han dicho eso de que “cuando tengáis un bebé se os acabó el viajar”? A nosotros sí nos lo dijeron y os aseguramos que estaban muy equivocados. Por eso hoy vamos a hablar sobre lo que “necesitáis” para el primer viaje con un bebé.

Hay muchos temas que nos preocupan cuando pensamos en viajar con un bebé como si es seguro que viajen en avión, cómo actuar si enferman estando de viaje (sobre todo si estamos fuera de nuestro país) o cuánta ropa llevarse, entre otros muchos. Vamos a centrarnos en algunas de estas cosas que nos quitan el sueño.

¿Es seguro que los bebés viajen en avión?

Sí, es totalmente seguro. Quizá en las primeras semanas de vida puede resultar un poco más engorroso por el hecho de que hay que cambiarles el pañal con mucha (muchísima) frecuencia y, seamos sinceros, los baños de los aviones no son el espacio más cómodo del mundo, menos aún si tenemos que cambiar a un bebé: si el bebé es muy pequeño nos dará bastante apuro colocarlo sobre una superfície tan incómoda y si el bebé es más grandecito será toda una odisea cambiarlo en tan poco espacio cuando no paran de moverse.

Pero la comodidad y la seguridad no tienen por qué ser sinónimos – aunque lo suyo es que vayan de la mano -, así que la conclusión es que los bebés pueden viajar en avión de forma totalmente segura.

Factores a tener en cuenta

Y, por último, no olvides que tu bebé es una persona plena que tiene todo el derecho a viajar en el avión como cualquier otro pasajero de los que no hacen ni un ruido, de los que hablan a voces, de los que ponen la música tan alta que se escucha por todo el avión aunque lleven los cascos puestos o los que roncan como si fueran a colapsar en cualquier momento.

¿Es más cómodo viajar en coche?

Muchísimas familias escogen el coche como medio para viajar cuando tienen bebés. El coche nos permite parar cuantas veces sea necesario y llevar nuestro propio ritmo; podemos llevar un arsenal de “por si acasos” en el maletero y, si la cosa se tuerce, siempre podemos abortar misión y poner rumbo a casa.

Es cierto que para muchos bebés el coche actúa como una especie de somnífero. ¿Cuántas veces habéis oído eso de “es sentarlo en la silla del coche, arrancar el motor y quedarse frito”? Miles, seguro. Pero, ojo, no todos los bebés son iguales y os lo decimos por propia experiencia.

En nuestro caso, viajar con la peque en el coche ha sido (casi) misión imposible hasta hace bien poco… y tiene ya siete años y medio. Era ponerla en la silla del coche y parecer que se le acababa la vida. El horror, vaya.

Ahora ya lleva mejor lo de hacer trayectos más largos en coche pero sigue sin dormirse por más cansada que esté y por más de noche que viajemos.

Así que, esta pregunta tiene trampa porque todo dependerá de cómo sea tu bebé. Si es de los que es ver el coche y quedarse dormidos, seguramente ésta sea la mejor opción para tu familia a la hora de viajar. En cambio, si es de los que ven el coche y ya se les eriza el lomo puede que lo que más se adapte a vosotros sea lo de viajar en avión o, mejor aún y dependiendo de la distancia que queráis cubrir, viajar en tren.

Consejos para el primer viaje con un bebé

A medida que vayáis viajando con vuestro bebé iréis dando con lo que os va mejor e iréis descartando todo aquello que no se ajusta a vosotros. Pero, en un primer viaje, para toda la familia todo es nuevo. Por eso, os dejamos algunos consejos relacionados con aquellos temas que más suelen preocuparnos cuando tenemos un bebé:

Sueño

Cuenta la leyenda que hay bebés que comen, hacen sus necesidades y duermen. Pero, para aquellos que tienen bebés de los que duermen poco y mal, la leyenda puede convertirse en un cuento de terror.

Por eso, es muy importante intentar mantener las rutinas de sueño del bebé. Sabemos que al cambiarlos de entorno y al estar más horas paseando por la calle nuestros bebés pueden estar sobreestimulados y tener dificultades para dormirse lo que hará que estén mucho más irritables y, en consecuencia, también lo estaréis vosotros.

A nosotros nos funcionó muy bien el porteo ergonómico. El contacto piel con piel, poder hablarle bien cerquita y el traqueteo mientras caminábamos era infalible. Eso sí, muchas veces dormía más de la cuenta y cuando ella estaba a tope de energía nosotros estábamos para el arrastre.

Además del sueño, es muy importante ofrecerles tiempo de descanso. Y no se trata solo de dormir, sino de intentar que reciban los menos estímulos posibles. A nosotros nos funcionaba muy bien retirarnos al hotel a mediodía, después de comer. Aunque no durmiera siesta, por lo menos tenía libertad de movimientos y un rato de tranquilidad, lo que nos permitía volver a salir a media tarde para poder seguir gastando suela.

Paseo

Hay quien cree que el porteo ergonómico no es para todo el mundo, pero lo cierto es que la mayoría de los que lo prueban se enganchan. De hecho, en muchos de nuestros viajes prescindimos de llevar la silla de paseo o, peor aún, la llevamos de aquí para allá para dejarla en el hotel muerta de risa.

Por eso, incluso para peques más grandes de entre tres y cuatro años, nuestra recomendación es que os hagáis con una buena mochila de porteo ergonómico. Hay muchos sistemas para portear pero quizá la mochila sea el más todoterreno y el que, en nuestra opinión, es más versátil a la hora de viajar. Eso sí, si viajáis con un recién nacido, aseguraos de que están preparadas para portear a bebés muy pequeños y, si no es así, lo mejor es optar por otro tipo de sistema de porteo como el foulard.

Sin embargo, a veces las circunstancias hacen imposible el porteo. Entonces, nuestro consejo sería que os hagáis con una silla de viaje lo más ligera y compacta posible siempre y cuando cumpla con los requisitos imprescindibles para pasear a vuestro bebé dependiendo de su edad.

Muchas veces compramos carros de bebé preciosos pero que son auténticos armatostes. Para nuestro día a día estos carros no suponen un problema, pero a la hora de viajar y tener que cargar con más trastos pueden ser un auténtico dolor de cabeza. Así que, si tenéis pensado viajar a menudo y el porteo no va con vosotros, quizá sería una buena idea invertir en una silla de viaje ligera y compacta.

Comida

En nuestro caso, recordamos la etapa pre-alimentación complementaria como la más fácil para viajar, con diferencia. Quizá hasta el año, año y pico, fue lo más sencillo del mundo: teta.

Sí, la base de la alimentación de la peque fue la leche materna hasta bien entrado el año y medio que empezó a comer cantidades significativas de otros alimentos. Así que, entre la teta, algún trozo de pan y/o picotear de nuestra comida (pasta, pollo, arroz, etcétera), el tema de las comidas era de lo más sencillo.

Así que, si vuestros bebés se alimentan de leche materna no tendréis que preocuparos demasiado por este tema hasta que sean más mayorcitos. Cuando empiecen a comer un poco de todo ya entraréis en el maravilloso mundo de “esto no lo quiero” o “solo me gusta la pizza de mamá”. ¡Suerte!

Si, en vuestro caso, vuestros bebés se alimentan de leche de fórmula tendréis que reservar espacio en vuestro equipaje para todos los enseres necesarios para preparar sus biberones. Pero los que tenéis práctica con los biberones ya lo tenéis dominado y no será ningún inconveniente. Quizá podéis informaros sobre si en vuestro lugar de destino se vende la misma marca de leche que utilizáis aquí y si tiene la misma composición (a veces se trata del mismo producto pero en otros países la marca se llama de otra forma), quizá os puede sacar de un apuro saber que podéis comprar la misma leche en otro país.

Y, cuando vuestros bebés ya sean unos expertos comiendo sólidos, os recomendaríamos intentar darles alimentos lo más “neutros” o no condimentados posibles: fruta, arroz blanco, pollo al horno o hervido, pasta con aceite… Aunque vuestros peques sean unos gourmets amantes de todo tipo de salsas, una reacción inesperada a un alimento estando fuera de casa puede dar al traste con vuestro viaje.

Pañales

En nuestros primeros viajes con la peque solíamos llenar todos los recovecos de la maleta con pañales. Desde su primer pañal hasta el último, siempre utilizamos la misma marca y, cuando uno viaja, no es el mejor momento para introducir cambios ni hacer inventos.

Pero entonces descubrimos que los mismos pañales que usábamos aquí en España estaban en otros países pero con otra marca. A lo mejor es algo obvio que todo el mundo sabe pero nosotros no nos lo habíamos planteado hasta que nos tocó comprar pañales de emergencia en Liverpool.

Así que, nuestro consejo es que (sobre todo si viajáis a ciudades grandes) llevéis los pañales justos para no tener contratiempos pero que añadáis a vuestro itinerario de viaje una parada en un supermercado de la zona para comprar los pañales necesarios para el tiempo que vayáis a pasar en esa ciudad. En todos los países hay bebés y es sencillo encontrar pañales, y en muchas ocasiones mucho más baratos que aquí. Además, así podréis aprovechar al máximo el espacio de vuestras maletas.

Aseo

Otra cosa que nos preocupa bastante (sobre todo a los primerizos) es que todo esté muy limpio y lo más aséptico posible.

Por mucho que estudiéis el hotel, el apartamento o cualquier lugar en el que vayáis a quedaros durante vuestro viaje, no sabréis con seguridad el nivel de limpieza que tiene hasta que lleguéis.

Nosotros no hemos sido nunca escrupulosos, pero sí hay algunas cosas que solemos hacer desde que viajamos con la peque:

Ropa

Nosotros somos de los que siempre metemos algo de ropa de abrigo aunque nos vayamos de vacaciones al mismísimo infierno… por si refresca.

Pero la realidad es que, a menos que vayáis a hacer un retiro espiritual a cientos de kilómetros de la civilización, en todas las ciudades (por pequeñas que sean) hay tiendas de ropa mainstream. Ya sea el gigante sueco, el gigante irlandés o el gigante español, todas las grandes cadenas de ropa tienen sede en la mayoría de grandes ciudades del mundo y pueden sacaros de un apuro.

Los bebés muy pequeños no suelen ensuciarse mucho pero cuando se ensucian lo hacen hasta las cejas… ya sabéis por dónde voy. Pero llevarnos medio armario a cuestas quizá no sea la mejor solución. Además, cuando estamos de viaje solemos estar mucho más pendientes de todos los movimientos de nuestros bebés (si cabe) y evitamos muchos más desastres que estando en casa. Y, por supuesto, cuando estamos de viaje también estamos mucho más relajados y decidimos que esa mancha que tiene en la rodilla del pantalón no se ve demasiado y podemos aprovecharlo para otro día.

Pero esto no es una ciencia exacta. A nosotros nos estresa saber que llevamos demasiadas cosas innecesarias y puede que a vosotros os estrese pensar que no lleváis cosas suficientes. Así que, al final esto va de que cada uno actúe cómo le haga sentir más seguro y más cómodo.

Botiquín

Quizá la mayor de nuestras preocupaciones cuando viajamos con niños, especialmente cuando viajamos con bebés muy pequeños, es qué hacemos si se ponen enfermos estando de viaje.

Nosotros os aconsejamos que, en el caso de que viajéis por Europa, os hagáis todos la tarjeta sanitaria europea. Y, si este tema os preocupa mucho, antes de viajar podéis “estudiaros” los centros de salud en vuestro lugar de destino a los que podéis acudir en caso de necesidad.

También podéis llevaros un pequeño botiquín que puede sacaros de contratiempos menores. Podéis añadir:

Calma y un poco de improvisación

Al final nuestra mayor recomendación es la que os hacemos siempre: escuchad a vuestros bebés, respetad sus ritmos y aceptad que los planes a veces no salen como habíamos pensado… y no pasa nada.

Disfrutad mucho de vuestros bebés, cread y atesorad todos los recuerdos que podáis y, si os quedan cosas por ver, siempre tendréis excusa para volver. Por último, sólo repetir lo que ya hemos dicho antes, que esto va de que cada uno actúe cómo le haga sentir más seguro y más cómodo y que cada familia es un mundo y tenéis que encontrar vuestra propia forma de viajar. Mientras tanto, esperamos que nuestros consejos os hayan servido y que os hagan ver vuestro primer viaje con un bebé como algo más sencillo de lo que parecía en un principio.

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