Sí, habéis leído bien. En Viena nos encontramos con el parque de atracciones más antiguo del mundo.
La fecha de inauguración data de 1895 tras instalarse por primera vez varias atracciones que a día de hoy se conservan en perfecto estado.
Es el más antiguo, sin embargo, es un parque moderno que cuenta con más de 250 atracciones que os aportaran mucha diversión y grandes dosis de adrenalina.
La gran noticia es que el acceso es totalmente gratuito (no así las atracciones, por supuesto). Sus accesos están abiertos para todos los públicos las 24 horas y sus atracciones están disponibles a partir de las 10 de la mañana.
Atracciones
Hay para todos los gustos; desde las típicas atracciones de feria hasta increíbles montañas rusas. Puedes pasar miedo en un tren de la bruja o practicar skydiving en un túnel de viento. La oferta es variada.
La atracción principal y la que posiblemente más éxito tenga es la Noria, también conocida como Wiener Riesenrad. Fue construida en 1897 pero hay que tener en cuenta que soportó hasta dos guerras mundiales, motivo que ha dado lugar a varias remodelaciones, la última en el año 2008.
También podemos encontrar dentro del Prater uno de los famosos museos de figuras de cera Madame Tussauds.
Nuestra experiencia
Nosotros llegamos temprano (incluso antes de que estén en marcha todas las atracciones) y quedamos alucinados con la entrada y las calles principales del parque que nos recordaron un poco a los decorados y la atmósfera de Parque Warner Madrid.
Nos sorprendió lo inmensamente grande que es. Estamos acostumbrados a Port Aventura que es enorme pero que tiene un recorrido cerrado y al que si le das la vuelta es difícil que te dejes algo por ver. En cambio, el Prater no te lo acabas; está lleno de calles y plazas y atracciones por todas partes. Caminamos muchísimo durante gran parte del día y, aun así, nos fuimos con la sensación de no haberlo visto entero.
Algo que nos sorprendió y que contribuyó a animar todavía más nuestra visita fue el encontrarnos con una banda de música vestida con trajes típicos vieneses. No sabemos si están siempre por las calles del parque o fue algo fortuito, la cuestión es que nos encantó y Alma quedó fascinada, claro.
El Prater es algo así como una gran feria de fiesta mayor pero a lo grande, fijo, e inmensamente bello. Hay tantas atracciones que te costará decidirte por unas pocas y tienes tantos lugares para escoger dónde comer que darás mil vueltas antes de elegir uno. Eso sí, recomendamos comer algo típico como hicimos nosotros que comimos un Wiener Schnitzel riquísimo.
Cuando visitamos el Prater Alma tenía 3 años y no la dejaron subir en las atracciones que más nos llamaban la atención porque tenía que tener 4 años. Esto nos chocó porque no podía subir a atracciones muy parecidas a las que hace tiempo que se sube en Port Aventura o a las que se subió en Parque Warner, ambos parques en que la admisión a las atracciones depende de la altura y no de la edad. Así que si vais con niños pequeños tenedlo en cuenta.
Y para terminar, tras muchísimo caminar, nos tiramos un buen rato a descansar en los jardines que rodean el parque. Un lugar tranquilo y verde que te aleja de la locura de la ciudad.
El Prater es mucho más que un parque de atracciones. Es un inmenso jardín donde podréis pasar un hermoso día en familia (o en pareja o con amigos).
Información de interés
– Precio
Acceso gratuito.
– Atracciones
Cada atracción tiene un precio distinto, aunque existe la opción de comprar la tarjeta Prater Highlights que permite combinar varias atracciones. También hay atracciones que cuentan con libre acceso o descuentos con la Vienna Pass.
– Horario
10.00h – 01.00h del 15 de marzo al 31 de octubre. No todas las tiendas, restaurantes o atracciones cierran a la misma hora. Incluso algunas pueden encontrarse abiertas todo el año.
– Transporte
Bajar en la parada o estación Praterstern.
Autobús: línea 80A
Metro: líneas U1 y U2
Tranvía: línea 5